Hoy mi profesor de dirección coral nos comentaba sobre un compañero con oído absoluto que tuvo cuando él mismo cursó la materia dirección coral. Antes que nada, quiero aclarar que el oído absoluto es una especie de don mediante el cual se puede reconocer la nota en cualquier sonido sin tener un sistema de referencia. Resulta ser bastante útil para "sacar de oído" las melodías, dar la nota y cosas por el estilo.
Pero ahí es donde viene la historia, este compañero poseía del envidiado don del oído absoluto, pero carecía de oído relativo (que es el que los músicos nos pasamos AÑOS entrenando), entonces en el momento de cantar en grupo, siempre sonaba desafinado. Lo retaban, "estás un cuarto de tono arriba", a lo que él replicaba "no, están todos un cuarto de tono abajo". Era incapaz de cantar lo que escuchaba, si veía la nota la cantaba tal cual era, sin calar. Es completamente inútil para un coro alguien que no sabe cantar CON los demás. Debe haber sido una maldición jamás poder adaptarte a tu entorno... pienso en la desesperación, la impotencia de no poder ser parte.
Por mi parte, nunca me molestó no tener oído absoluto, pero lo que tengo es un buen oído relativo, que por pésimo que sea, está bastante bien entrenado... =P
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Como vos dijiste, está bueno tener "oído absoluto" para saber en qué tono está en una canción y poder "sacarla" más fácilmente. Lo que no sabía es que eso venía a costas de perder el "oído absoluto". Es feo... si uno empieza a cantar no hay drama, pero si uno tiene que unirse a los demás... no se, parece tan fácil unirse a su tono y cantar en él... supongo que él debe pensar lo mismo: "Es tan fácil reconocer una nota por como suena, o cantarla por su nombre...".
Yo creo que tengo buen oído relativo (me la paso cantando segundas voces, a veces con mi hermano, a veces con la música que ponen en mi laburo), pero... qué se yo.
Publicar un comentario