Lápiz y goma

Ya hace poco mencioné que me encanta escribir, pero más por las palabras que por su significado. No sé si lo mencioné, pero tengo un montón de cuadernos y anotadores: lisos, rayados y cuadriculados, tapas duras y blandas, anillados, cosidos, abrochados, pegados.

Pero más allá de tener dónde escribir, hay algo que me persigue: con qué escribo. Todo empezó cuando empecé las clases de dibujo técnico y la profesora nos sentenció a tener tres lápices: el 0.2, 0.4 y el 0.6 (en mi caso, son 0.3mm, 0.5mm y 0.7mm). A eso se sumaron los lápices que comúnmente uso para hacer ejercicios y diagramas (todos o.5mm). Con el tiempo se fueron acumulando, rompiendo, perdiendo, olvidando y volviendo a encontrar. Hoy por hoy tengo un lápiz 0.3 (KOH-I-NOOR Mephisto), cuatro lápices 0.5 (Faber-Castell Poly, un "Shake me baby" - es un simpático portaminas rosa tralúcido en el que la punta sale agitándolo-, un Micro completamente de metal que por el roce se le borró todo lo que tenía escrito y un Pelikan Tinky) y completa mi colección un lápiz 0.7 (Faber-Castell Grip Matic 1377).

Por otro lado, fuera de la parte práctica, amo las lapiceras y biromes. En mi día a día uso una clásica Bic negra (que sin duda es lo mejor que le pasó a la historia de la escritura y a los estudiantes). Cuando empecé a interesarme por lo escribía, por el trazo, empecé a buscar otras cosas, me empeciné en la búsqueda de la lapicera perfecta. Busco, sobretodo, un trazo lindo, no muy grueso, y tinta que no tarde mucho en secar. Por ahora, ésta búsqueda trajo a mi haber una Faber-Castell True Gel 0.7 azul (la única azul, no me gustan las lapiceras azules), una Uni Laknock 1.0, una clásica Uni-ball Signo 0.7 (negra, cómo amaba en la primaria tener de éstas, pero de muchos colores!) y una recientemente incorporada Parker Vector roller toda de acero, igualita a mi amadísima pluma de la primaria pero en versión roller.