Desde que tengo la Blackberry estaba totalmente abandonada y lo acepto. ¿Cómo competir contra otro aparato, un poco más chico pero con mejor resolución en la pantalla, que no sólo hace lo mismo sino que además lo sincroniza con mi cuenta en Google? (Y además, es teléfono y me llegan mi mails). A no confundir: amo mi teléfono. No tendrá los juegos mas divertidos, pero tengo mi agenda sincronizada con Google Calendar, Gtalk, mails, un sudoku, notas, to-dos. Sin embargo, me siento triste cuando pienso en el abandono de mi pequeña computadora de mano.

Hace un tiempito decidí que lo mejor era legársela a mi padre: un poco de tecnología, pero no tanta para que no se asuste, es fácil de manejar y está en español. Seguramente él le daría un mejor uso que yo. Crecí: pasé a tener un señor smartphone para estar siempre conectada con el trabajo, amigos y familia. Me duele dejar a mi pequeña, pero sé que es lo mejor. Igual, después leí este artículo mientras buscaba la foto para meter en este post y me dieron ganas de arrancarle la Palm de las manos.
0 comentarios:
Publicar un comentario