Hacía un año era el principio de todo.Era de noche y hacía frío pero no se notaba en la calidez de tus palabras. Todavía era otoño y las veredas quedaban ocultas bajo un manto de hojas, débilmente iluminadas por la luz de la calle. Me saludaste y en ese instante lo entendí.
Nos sentamos en un sillón enorme y pedimos un par de tragos. Hablamos de gente, hablamos de música. De tu vida y de la mía. Casi como una excusa te acercaste y me besaste. Tenías sabor a canela y a lo prohibido.
Una cosa llevó a la otra y no éramos dos desconocidos. Nuestros ojos se encontraron. Me perdí en tu cuerpo y en lo que susurrabas en mi oído. Intentaba guardar cada sensación en mí y no pude, era demasiado. “Seamos amantes, amantes siempre”.
(no preguntes, yo tampoco sé por qué me acuerdo)