A primera vista

La primera vez que veo a alguien lo sé. No es amor a primera vista, sino más bien intuición. Puedo sentir una sonrisa que nace en mi interior, un deseo de abrazar y sentirlo en mi piel. Mirame. Y no puedo explicar el cómo ni el por qué, pero lo único que quiero es tener a esa persona cerca.
A veces tardo un poco en darme cuenta, pero cuando lo logro me doy cuenta de que esa sensación que me recorre estuvo ahí todo el tiempo.
No siempre tengo suerte y la mayor parte de las veces no logro tener cerca a quien quiero tener cerca. Y si lo logro, la mayor parte de las veces no quieren tenerme cerca.
No sé cuándo empezó, pero desde que lo recuerdo fue así; una especie de flechazo a primera vista casi nunca correspondido (o correspondido a medias).

You had me at hello.

No sé lo que quiero

Que te quiero, eso es seguro.
Pero no sé si quiero esto que nos está pasando.

Previsión

¿Qué sentido tiene quererte si en una semana no vas a estar más?

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Inducción

El problema debo ser yo.

Noche

3.15 am y otra noche de vigilia obligada. No es que no tenga sueño, es que las horas del día no me alcanzan para vivir.
Después de estar toda la tarde programando para un trabajo práctico, me di cuenta de que mañana tengo entrega de otros dos y todavía no estaban listos. Y aca me ven, haciendo diagramas de flujo de datos, intentando no cometer errores porque ya no tengo tiempo para corregirlos.

Hay algo en esta manera de vivir que me molesta pero que a la vez me hace sentir viva, esa adrenaline del deadline tiene un efecto mágico sobre. A esto también se le suma que mi cabeza funciona mejor en horas nocturnas por alguna razón que no llego a explicar.

Por lo pronto, voy a apretar Alt+Tab y a seguir con mis entregas.

Autodefinido

Soy lo que los hombres creen que quieren hasta que me tienen. (después no me quieren más)

Despedidas


Por cada despedida, suelo perder la calma. Te espero así a escondidas y avisame cuando vamos lejos, olvidémonos de todo. Pero es que aún te debo una canción perfecta. Que me haga inolvidable aunque sea un día más vamos lejos, olvidémonos de todo. Vamos lejos.



Buzzer se separa. No tengo palabras para expresar todo lo que esta banda significa para mí y lo que me duele saber que no van a ser más lo que son. Desde el momento en que lo supe, hace casi dos meses, no quise que llegara este día. Pero llegó y hoy a la noche vamos a estar en SuperRock (o el Teatrito, para los amigos) para ser parte del último recital.


(y feliz día de la primavera para todos)

Sobre la vocación

Anoche, en medio de una conversación sobre el trabajo práctico de Paradigmas de Programación que tenemos que entregar hoy, nos fuimos un poco de tema y terminamos hablando no sólo de programación sino de la carrera en sí.

Tuve la suerte de encontrar mi vocación siendo bastante chica. A los 12 años sabía lo que quería hacer de mi vida.... bueno, en realidad, tenia una vaga idea de lo que quería. No sabía exactamente qué hacía un analista de sistemas, pero veía mi vida ahí. Aprendí a programar, aprendí qué es lo que realmente hace un ingeniero en sistemas y no fue muy difícil darme cuenta que era lo que quería para mi vida. Cuando finalmente empecé la carrera, sentí que estaba en el lugar correcto.

¿Qué es lo que nos empuja a quedarnos hasta las 2 am intentando resolver un enunciado? Si soy sincera, definitivamente no es la obligación sino el desafío. Este desafío es una pasión que no podemos explicar pero que nos da muchísima satisfacción. Ambos coincidimos en que nos gustan todas las materias que cursamos, pero por sobretodo coincidimos en que es algo que realmente nos apasiona. Nos hace sentir bien, nos llena, nos hace sentir vivos, nos hace felices.

Si algo significa la vocación para mí, es justamente esa pasión inexplicable que siento por lo que hago. Y si lo vemos por ese lado, tengo tres vocaciones bastante marcadas en mi vida: la música, la docencia y la ingeniería en sistemas (tuve problemas para definir esta última, ese término fue lo mas cercano que encontré).

Me gustaría poder escribir más pero no encuentro las palabras para describir el sentimiento. Seguir redactando sería seguir simplemente dando vueltas sobre lo mismo: siento pasión por lo que hago. Por lo pronto, siendo las 2.41 am me voy a dormir, porque en 6 horas tengo que estar en clase.

Más de una persona me comentó que no entiende que es lo que me empuja a levantarme todos los sábados a las 7.30 am para ir a la facultad. Es esto mismo, una pasión por la materia la que me empuja a ir, la que hace que no me moleste pasar mi mañana de sábado estudiando en lugar de estar durmiendo; y eso es parte de esta pasión que intento explicar.

Maneras

Como comenté en algún post anterior, estoy usando el "tiempo libre" para pensar, replantearme cosas, para planificar lo que hago de forma consciente. Busco ordenarme, hacer lo mejor para mí y para los demás de la mejor manera posible. Estos últimos días el trabajo me consumió muchísimo (trabajé 22 horas entre los dos días de feria); y ahora que se terminó vuelvo a mi vida académica y personal con mil desafíos más.

Porque así lo veo, cada día es un nuevo desafío. Una oportunidad para superarme, para aprender, para hacer mejor las cosas. Y mientras mi vida me mantiene ocupada, los dejo con un cuento de Poldy Bird que es un poco mi motor de vida, la motivación que me empuja.
(Prometo que otro día escribo sobre la Feria).


Hacer las cosas bien, por Poldy Bird

Yo me sentaba junto a ella, mi abuela de jabón almidonado, de eterno colorete en las mejillas y prolijo rodete rematando su cabeza. Me sentaba junto a ella y miraba sus manos yendo y viniendo con la aguja, el fino hilo imitando el tejido de la tela que después de remendada parecía otra vez nueva. Y así desaparecía el agujero de la media gastada, el siete de la pollerita enganchada en el alambre de un cerco, jugando a las escondidas. Y los botones volvían, como fortificados, a su lugar preciso, los ruedos se alargaban o se acortaban de acuerdo con mi crecimiento o con la moda del momento. Mirando hacer a mi abuela, aprendí a hacer algunas cosas. Y viendo el empeño que ella ponía para hacerlas bien, me di cuenta de que hacer bien las cosas es una especie de orgullo, un ramito de alegría que le regalamos a nuestra capacidad. “A mi no me sale” o “Yo no sirvo para hacer esto”, eran dos frases que a ella, a mamá Sara, le hacían fruncir el ceño. Y decir:

-Cuando uno pone empeño en hacer algo, le sale. Y todos servimos para hacer las cosas que hay que hacer en la vida… salvo las que están reservadas a los artistas y a los virtuosos, como las de la creación.

Por eso, Verónica, a mí me inspira enorme respeto la gente que hace las cosas bien: el zapatero que clava una suela que no vuelve a desclavarse, la cocinera que logra que sus tortas se eleven como una torrecita de dulce sabor, la maestra adorada por sus alumnos, el profesor que consigue meterte en la cabeza su explicación sobre un tema de la materia que enseña, la secretaria que consigue ese llamado que parece imposible, el jardinero que conversa con las plantas para que sean más bellas y mantiene el césped como un delicado colchón de esmeraldas vivas, el empleado que frente a la ventanilla de atención al público deja de lado su dolor y esgrime la amabilidad y la sonrisa como sus dos mejores armas de trabajo. Y quiero que pertenezcas a esa legión de gente.

Si aprendiste a hablar cuando las palabras eran esas cosas difíciles que pronunciaban los grandes y tu boquita se encantaba con torpes balbuceos… si aprendiste a tenerte en pie cuando el equilibrio era para vos tan riesgoso como para el trapecista el cruzar el aire de una hamaca hacia otra, sin una red debajo… ahora no me podés decir que “matemática no me entra, mamá” o que no podés prestar atención en clase sin distraerte… o que no sabés cómo mantener el orden de tu placard o como contener una mala contestación.

Cuando tengo un montón de cosas que hacer, me hago una lista con ellas y pongo en primer lugar las que menos me gustan: mientras las hago no me distraigo, pongo atención y cuidado; tienen que salirme bien, porque si no me salen bien, debo repetirlas… ¡hacer dos veces algo que no me gusta! Es intolerable.

Por naturaleza soy un poco cómoda y un poco haragana: para trabajar, para cumplir con mis obligaciones, hago un permanente ejercicio de mi voluntad. Y eso es, mi querida niña, lo que vos (cómoda y haragana como yo), tenés que hacer: ejercitar tu voluntad permanentemente. Para que tu carácter tenga fuerza. Para que tus acciones lleven el sello de tu carácter. Goethe escribió que: “el talento se forma en la sociedad; el carácter en medio del torbellino del mundo”.

Y es una verdad de a puño.

Frente a la valla sabemos cuál es el impulso que necesitamos para dar el salto que la pase. Frente al río, sabemos cuántas brazadas debemos dar para nadarlo si queremos cruzar al otro extremo. El torbellino del mundo pone a la vista los escollos que tenemos que vencer para vivir. Y hacer las cosas bien es una de las maneras de saltar vallas, cruzar ríos, vencer escollos. Un viejo refrán popular predica que “más hace el que quiere que el que puede”.

Y yo quiero que quieras, que tengas ganas, que hagas las cosas bien para que el mundo se vaya mejorando, para que, poco a poco, entre todos los jóvenes, vayan construyendo un mundo mucho mejor que este que los adultos les ofrecemos. Un mundo a tu gusto, con todo lo que querés que el mundo tenga: amistad, sinceridad, cordialidad, paz, cariño, música, alegría… toda esa alegría que a los de mi generación nos enseñaron que era poco menos que un pecado… como si sólo en el sufrimiento y en la dura obligación estuviese cimentada la verdad de la existencia.

Por eso, mi querida Verónica, para que las cosas te salgan bien, tenés que poner, además de voluntad… alegría al hacerlas.
Cuando yo era chica, una mucama de la casa de mamá Sara cantaba mientras limpiaba las docenas de caireles de cristal de la araña del comedor con agua y vinagre.

- ¿Por qué cantás siempre que hacés este trabajo? –le pregunté.
- Porque si no canto no quedan tan brillosos –me contestó.
Y ahora, con el correr de los años, llegué a comprender que ella tenía razón.

Comprendiendo

Cuando empecé a maquillarme descubrí que los hombres nos prefieren al natural, sin maquillaje.

Vacío

Tenés que comprender que no puse tus miedos donde están guardados y que no podré quitártelos si al hacerlo me desgarras. No quiero soñar mil veces las mismas cosas ni contemplarlas sabiamente, quiero que me trates suavemente.

Smile, it's the end of the world (as we know it)

Anoche estaba en pijama, acurrucada en mi cama, cuando llegó el fin del mundo.
Después se fue, y cuando me desperté estaba igual, en pijama y acurrucada, pero un poco más despeinada.

La última canción

And if this is the end of the world,
if there is no tomorrow,
I think you should know
I loved you the way you wanted to be loved.

ABC Musical

Meme robado a @j0an y a @federicca_, se trata de favourite band from A2Z... aquí vamos

Aquabats
Buzzer
Coheed and Cambria
Death Cab for Cutie
Eterna Inocencia
Foo Fighters
Goldfinger
Horrorpops
Infierno18
Jordan
Kaidas
Lagwagon
Metallica
No Use For A Name
Open Late
Pasando Hambre
Queens of the Stone Age
Reel Big Fish
Sum41
Theory of a Deadman
Useless ID
Velvet Revolver
Weezer
Xzibit (?)
Yellowcard
Zebrahead

Compartir el mate

El otro día, hablando con Matías, me hizo notar de que mis posts dan la impresión de que nadie me quiere y estoy sola en el mundo, algo así. Y la verdad es que no hay nada más lejos de eso.

Mis amigos son a prueba de todo, son los mejores del mundo y me quieren a pesar de que sea rara y esté media loca. Me quieren como soy, me aceptan con mis crisis, con mis bajones, con mi hiperactividad, con mi colgadez y con mis ganas de compartir o no lo que me pasa. Me abrazan sin preguntar pero sabiendo que lo necesito, me dicen que me extrañan y que me quieren. No les molesta que los llame a cualquier hora desesperada en medio de una crisis. Me preguntan como estoy y les importa la respuesta, y saben cuando estoy ocultando algo.

Mis horarios son los más complicados y es muy difícil encontrar un momento para verlos. Por este motivo muchas veces puede pasar mucho tiempo, meses incluso, hasta que vuelva a verlos, pero cuando los vuelvo a ver es como si el tiempo no hubiera pasado entre nosotros. El sentimiento está intacto y no hay nada como la excusa de tomar unos mates para compartir lo que va más allá del día a día.

No digo que nadie me quiera, sólo digo que no tengo a "esa" persona. Pero querer me quieren, y muchísimo. Mis amigos son los que me ayudan a seguir adelante, a levantarme cuando me caigo, los que se ríen cuando hago chistes (y eso que son muy malos, me deben querer mucho). Me acompañan incondicionalmente en todo, me aconsejan y apoyan mis decisiones.

Los aprecio muchísimo más de lo que creen, aunque muchas veces me cuesta expresarlo, y mi vida no sería lo que es si no estuvieran para darme fuerzas. Tengo los mejores amigos del mundo y no los cambio por nada.

Ser

No soy alta. No soy gorda. No soy linda. No soy rubia. No soy interesante. No soy importante. No soy especial. Soy una persona. Soy molesta. Soy aburrida. Soy rutinaria. Soy despistada. Soy tonta. Soy normal.

Hablo demasiado y hablo demasiado poco. Nunca me callo y me callo más de lo que debería. Nunca digo lo que tengo que decir. No tengo la palabra justa ni los mejores consejos. No sé si soy lo que me gustaría ser, porque no sé lo que me gustaría ser.

No puedo esconder lo que me pasa. No sé mentir. No salgo los viernes porque los sábados tengo clase. Siempre lloro, en especial de noche y cuando estoy sola. No puedo prestar atención mucho tiempo. No puedo evitar el nudo en la garganta.

Soy Florencia, alguien me quiere?

Quererte y que me quieras

¿Cuántas veces deseamos que fuera así de fácil?
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