Si querer fuera fácil

El post anterior lo escribí hace una semana, con fecha programada para la publicación. Hace una semana no sabía lo que iba a pasar, ahora que pasó podría borrarlo cobardemente pero realmente no es mi intención. Yo tengo un problema: no puedo hablar de mí, o por lo menos sin llorar. Como sea, hablo todo el tiempo pero nunca de mí. Nunca de lo que realmente me pasa, y encima me escondo para llorar. Probablemente te enojes porque escribo sobre esto, pero hoy por primera vez siento la necesidad de hablar de mí.

Hace tres meses exactos de la noche de nuestro primer beso. Fueron tres meses larguísimos, en los que lloré y sonreí por su culpa, pero siempre a escondidas. Hoy dije "no puedo". No puedo soportarlo más, esta incertidumbre de no saber si realmente estamos yendo a alguna parte. Y me respondió que no siente nada por mí.

Soy la mujer de sus sueños, todo lo que siempre quiso y esperó de la persona que quería a su lado. Y por eso no entendía por qué no sentía nada. Creo que eso es lo que más me duele: que no es mi culpa. Que no puedo cambiar nada y no puedo hacer que me quiera. Ojalá querer a alguien fuera tan fácil como complementarse perfectamente, pero no es así, es algo que va más allá y que no podemos entender. Supongo que en el fondo lo sabía, siempre mi subconsciente fue más inteligente que yo, pero no quería o no podía verlo. Soñaba que algún día iba a asumir que había algo, soñaba una vida, soñaba que me quería. Y ahora me siento morir una vez más, ya no sueño despierta con una vida a su lado. "No despiertes si sueñas amores, niña hermosa, que amar es soñar. Despertar es quebrar ilusiones y hallar entre sombras la amarga verdad."

No puedo negarlo ni estirarlo más: no estoy bien. Me siento sola. Me siento a mirar la nada, lloro mucho, no puedo dormir y la soledad me pesa. Si si, ya sé, mis amigos, la gente que me quiere, blah. Pero no es lo mismo, la soledad que siento es otra: la de no poder soñar con alguien, y saber que ese alguien sueña conmigo. La soledad de que nadie me necesita más que a cualquier otra cosa en el mundo. La persona indicada va a llegar, pero la paciencia no es mi punto fuerte.

Realmente lo intentó. Intentó quererme, intentó sentir algo, intentó no lastimarme. Falló en las tres. Pero no es su culpa, y tampoco la mía, y eso es lo que duele. Yo intenté esconderlo, bajé la vista y me fui llorando sin darme vuelta, para que no viera los mares en mis ojos. En realidad me guardé un rato las lágrimas, hasta estar lo suficientemente lejos como para no seguir esperando ese beso y ese abrazo que necesitaba y que no iban a llegar.

Así como yo me fui, necesito que te alejes de mí. Verte sería simplemente recordar que es imposible. Sería sentir en mis labios el dolor de no tenerte junto a mí. Dejame llorar sola en el silencio de mi habitación hasta que ya no duela. Porque yo necesito algo que no podés darme. No me hables, no me mires, no lo intentes. Alejate de mí hasta que me olvide de cuánto te necesitaba, cuánto me gustaba hablar con vos de lo que nadie más quería hablar, cuánto me gustaba que me hicieras sonreír. Y te pido por favor, si en verdad no querés lastimarme, que no hagas caso a nada de lo anterior.

(No me hablen de esto. Realmente no quiero)
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